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El arte de manejar el riesgo en tiempos de incertidumbre

20 de Junio 2018
Executive Education INCAE

La ciencia se basa en certezas, pero pocas certezas hay en estos tiempos para los negocios. Por eso, saber manejar los riesgos se convierte más bien en un arte.

De un lado está el extremo de quien se enfoca sólo en el corto plazo y opera de manera reactiva, con pocas opciones de generar valor y más enfocado en la sobrevivencia. En el otro extremo, el modo es casi especulativo con márgenes demasiado abiertos al azar, que puede traerle grandiosas ganancias o ampliar pérdidas.

Como en todo, el arte es saber encontrar los puntos de equilibrio en los contextos específicos, señala el profesor de INCAE Arnoldo Camacho, experto docente y consultor en banca y finanzas, con décadas de experiencia en la academia y las asesorías.

La gestión del riesgo consiste sobre todo en crear condiciones para saber anticiparse a los eventos y otros factores que pueden afectar el desempeño”, resume el profesor Camacho antes de advertir que los riesgos pueden ser propios del negocio o financieros.

Los pronósticos de ventas y de mercadeo, o la generación de escenarios, toda directo a los ingresos; los encargados de las operaciones deben gestionar el riesgo de los costos; y el área de finanzas, saber garantizar la liquidez y la solvencia.

“No se trata de adivinar, sino entender cómo se comportan los factores y cómo se traducen en impacto de la empresa”, añade Camacho, que insiste en la necesidad de generar la mejor combinación de rendimiento y riesgo. Este debe estar presente desde el inicio de los procesos, cuando se elaboran pronósticos de ventas o escenarios de cumplimiento de las metas. 

Se debe aspirar a una rentabilidad sostenible porque, sumada a la correcta gestión de riesgo, produce una verdadera ventaja competitiva. Esto permite optar por una operación que reduce costos y permite mejorar las utilidades o los indicadores de desempeño.

La gestión de riesgo, sin embargo, “debe ser integral porque los riesgos están interrelacionados, con múltiples impactos en puntos variados. Por ejemplo: tipo de cambio afecta varios flancos de una misma empresa”.

No deben perderse de vista los tres objetivos primordiales en la gestión de riesgos:
1. Conviene entender mejor los riesgos antes de buscarle cobertura y asignarle costos.

2. Optimizar la relación riesgo-rendimiento para conseguir rentabilidad sostenible y la estabilidad financiera.

3. Monitorear y controlar riesgos, pero con un perfil de riesgo equilibrado. Gestionar los riesgos tiene un costo por mecanismos de cobertura.

“Gestionar el riesgo es un arte porque debemos evaluar potencial de la empresa y medirlo contra el perfil del inversionista”, agrega el experto, aunque reconoce que después de la crisis del 2008-2009 han ganado terreno las inversiones a corto plazo y con propensión a la liquidez.

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