¿Psicópatas en su entorno? | INCAE
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¿Psicópatas en su entorno?

04 de Junio 2015
German Retana

 “Gracias a la imagen positiva que proyectan, la mayoría de la población los toma por personas modelo, buenas, cumplidoras y éticas. Sólo el descubrimiento de sus fraudes o corrupciones, cometidos a veces durante años o décadas sin el menor asomo de remordimiento o culpabilidad, devela su verdadera naturaleza.”  Así caracteriza Iñaki Piñuel, experto en  acoso laboral, a personas que tarde o temprano ponen en peligro su equipo, producto de su insensibilidad, manipulación y ansias de poder. ¿Qué otros comportamientos tienen estos llamados “psicópatas”?

Muy buenos, en apariencia: Exhiben alta orientación a resultados, amabilidad ante sus jefes, pero tiranía ocasional ante sus colaboradores. Proyectan ser personas seguras, y les agrada la fama, el prestigio, la visibilidad. Sin embargo; son como camaleones si con eso aumentan su cuenta de amistades poderosas o de gente de la cual servirse después. Con frecuencia, logran ser percibidos como productivos, competentes y técnicamente confiables. Para alcanzar altos niveles de poder, adulan a los de arriba, aunque pisoteen a los de abajo. Aunque destacan en lo racional, muestran carencias en sus relaciones afectivas.

Autobombos y narcisistas:  Se aplauden a sí mismos, para remarcar sus supuestos logros y sus historias de exagerado heroísmo o mérito. Celosos de la crítica, recriminan a quienen atenten contra su imagen.  Son extravagantes, egocéntricos, mienten si con eso disfrazan su realidad. No les importa “despedazar” a sus propios amigos con tal de salvar su reputación. Quieren ser vistos como importantes y claves, son hábiles para enredar las cosas y así excusarse por resultadores no alcanzados. Si no lo reciben, reclaman el reconocimiento.
Sangre fría:  Indiferentes al daño moral que causan a otros; total, “los fines justifican los medios.”  Inculpan cuando algo sale mal, pero con frialdad y cinismo se achacan los logros ajenos o de su equipo. Sin empatía hacia las emociones de los demás, son capaces de victimizarse para apelar a la compasión de quienes han afectado con su actuar. Pueden lastimar la dignidad de sus semejantes y humillarles en público.  Les importa más lo propio que lo colectivo, cuando alguién ya no les sirve lo descartan de su lado. No denotan temor a los riesgos, ni atienden reglas que no sean las suyas, por eso se involucran en situaciones complicadas.

Acoso laboral: Irrespetan el tiempo de descanso de su colaboradores para demostrar poder y control.  Dividen a los miembros de la empresa para crear competencias o rivalidades, intimidan, amenazan, agreden, destruyen la motivación del personal; pero no muestran arrepentimiento sino ser implacables sin conciencia.  Suelen utilizar su capacidad analítica para mostrar despecio hacia quienes les desafían su proceder.

Finalmente, su propio deborde de poder pone en peligro su permanencia y hasta su forma de concluir su paso por la empresa.  Todo tiene su límite, los excesos de poder corrompen. Su oportunismo se convierte en enfermedad que les lleva a la debacle de su ética decadente. Su incongruencia no es eterna, su época de oro sólido termina en polvo de desprestigio.  La arrogancia no resiste el espíritu crítico de seres pensantes que se atreven a cuestionarles y, al no cambiar, son cambiados… porque su verdaderp lado oscuro queda al descubierto…

Los expertos en psicología aún no marcan una línea tajante entre quiénes son psicópatas y quiénes no; por eso conviene estar prevenidos por si hay de los primeros en el entorno cercano…

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