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Liderazgo: La ruta hacia el cambio

28 de Abril 2017
German Retana

Los resultados desfavorables, las situaciones de crisis y las adversidades prolongadas, pueden ser un trampolín hacia el alto rendimiento y las metas deseadas, siempre que se recorra una ruta similar a la que describimos en cinco pasos. Inspirados en parte en Willie Jolley, evaluemos nuestra disposición en cada fase, para salir adelante cuando hemos tocado fondo.

Paso 1: Reconocer la adversidad

Solo a quienes poseen una adecuada autoestima les importa no alcanzar sus aspiraciones. Dado el valor que se dan a sí mismos, tienen claro su concepto de calidad personal en todos los campos. Eso les permite ser honestos y aceptar que la pereza, la incapacidad para aprender del error, el conformismo o el miedo, han invadido su mente. Entonces, con humildad y sin drama admiten que algo no anda bien.

Paso 2: Sentir el reto

El compromiso de trascender hacia algo superior es el combustible que se activa para hacer las cosas mejor, superar circunstancias incómodas e iniciar un proceso de cambio. El reto es el gran común denominador de las diversas teorías sobre la motivación; no es una aptitud sino una actitud que potencializa la energía y la pasión. Cuanto mayor sea la confianza propia más elevado será el desafío que se definirá en la etapa siguiente.

Paso 3: Visualizar el ideal

La visión es la contraposición a lo actual, el detalle de cómo se desea estar o sentir al terminar un período definido. La magnitud de la brecha entre el presente y el futuro será marcada por la fuerza del reto y la receptividad al riesgo. Si el sueño es enorme, los problemas serán interpretados apenas como pequeños contratiempos. El ideal marca el rumbo.

Paso 4: Concretar cambios

Janice Krouskp afirma que “sin ambición uno no comienza nada, y sin trabajo duro uno no termina nada.” Es imposible aspirar a resultados diferentes repitiendo acciones que condujeron a la adversidad. Una curva en la carretera al lado de un precipicio no es el final de la vida, pero podría serlo si no giramos a tiempo, señala Jolley. Con acciones deliberadas y sincronizadas, una crisis puede convertirse en un renacer. Gestionar las resistencias que surjan en el camino forjará el músculo de la voluntad, la resiliencia y la responsabilidad.

Paso 5: Crecer para hacer crecer 

Cada vez que una persona cambia y hace mejor las cosas, facilita que las que están a su alrededor también crezcan. Un director de equipo que eleva la calidad de su liderazgo, inspira a los otros miembros a desarrollarse integralmente. La reflexión sobre sí mismo, la receptividad a escuchar buenos consejos y la apertura a aprender, son ingredientes de una sana inteligencia emocional que contagia deseos de cambio y superación.

Quienes, por el contrario, busquen el refugio del estancamiento, John Mason les da las coordenadas para encontrarlo: “limita al Norte con la falta de compromiso, al Sur con la indecisión, al Este con el aferramiento al pasado y al Oeste con la ausencia de visión.”

En síntesis, la respuesta de los ganadores ante la adversidad es aceptar su presencia, declararla solamente como contratiempo, despertar el reto, forjar una visión que le brinde sentido a todos los esfuerzos de cambio y, producto de lo anterior, cosechar un crecimiento humano que es la antesala del éxito.

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