La ciencia se basa en certezas, pero pocas certezas hay en estos tiempos para los negocios. Por eso, saber manejar los riesgos se convierte más bien en un arte.
De un lado está el extremo de quien se enfoca sólo en el corto plazo y opera de manera reactiva, con pocas opciones de generar valor y más enfocado en la sobrevivencia. En el otro extremo, el modo es casi especulativo con márgenes demasiado abiertos al azar, que puede traerle grandiosas ganancias o ampliar pérdidas.