Cuando las juntas directivas no tienen funciones claramente definidas, el comportamiento de sus miembros es relativamente pasivo y poco productivo. Las causas que propician y ayudan a explicar este tipo de comportamiento, son básicamente cuatro: las limitaciones de tiempo de los directores, el poco conocimiento que tienen de la industria y de la empresa, la concentración del poder corporativo en el ejecutivo principal y un proceso sesgado en la selección de los directores.