De mi conversión hacia un verdadero latinoamericano y el futuro de INCAE

“Lo usual es ser corrupto, lo usual es salvarte a ti mismo del sistema… Pero ustedes son Incaístas, se supone que ustedes son los inusuales”
Niels Ketelhöhn

Esas palabras del profesor Ketelhöhn, en la última clase, me convencieron del verdadero motivo por el que ingresé a INCAE: ser la inspiración de muchos para hacer la diferencia. Y es que de esta institución he recibido tres regalos inmensos: la pasión por los detalles para hacer realidad ideas,  la importancia de los amigos para concentrarse en un bien común y el valor del talento para cambiar el futuro de Latinoamericana.

Mediante la formación integral que desarrolla el INCAE se permite reinventar la forma en que se hacen los negocios en la región.  Su fundamento son los principios de esfuerzo, igualdad y paz social en cada uno de los países representados por el estudiantado. Un estudiantado llamado a no evadir responsabilidades ni conflictos, sino a comprenderlos y a resolverlos para favorecer el desarrollo de nuestros pueblos.

En INCAE siempre se ha creído en que la gente hace grande a las naciones. Este fundamento ha guiado en el pasado la misión institucional hacia la transformación de América Latina; por ello la preparación del capital humano es consustancial a la búsqueda del bien común y de un futuro compartido por sus naciones. Esta entidad desarrolla un protagónico rol en la vinculación de estos pueblos y bajo su influencia orienta un pensamiento que se ha vuelto referencia obligada para aquellos que mantienen la esperanza de ver una región más equitativa.

El reto hacia el futuro para el Instituto es aportar no sólo el material humano como motor de las naciones, sino también los ideales para inspirar a muchos a cambiar. La tecnología, la innovación y la sostenibilidad deben orientarse a fortalecer procesos de investigación, negociación, multiculturalidad y aprovechamiento del conocimiento y las experiencias locales como herramientas para el desarrollo sostenible. Género, jóvenes, ambiente, sociedad, cultura y negocios; INCAE le puede brindar eso y más a Latinoamérica.

Nuestro desarrollo económico y social debe seguir por una senda de solidaridad. El Dr. Roberto Artavia en sus memorias nos invita a caminar con y para nuestra gente, mediante el impulso de economías basadas en conocimiento, en donde la vinculación entre ciencia, tecnología y sociedad permitan seguir cambiando vidas mediante la creación de más valor por parte de todos los que habitamos esta región.

Precisamente mi vida cambió al darme cuenta de lo anterior. Soy la suma del trabajo de otros, el resultado del amor incondicional de mi esposa, del esfuerzo de mis padres, del apoyo de mi país y de la caridad de una familia llamada INCAE que me recibió hace dos años. Entendiendo esto descubrí que mi valor personal radica en hacer brillar los días de aquellos que más lo necesitan en la región y que reflejados en las historias de cada uno de mis compañeros, me sirven de inspiración para convertirme en un verdadero latinoamericano.

Este ensayo fue parte de los finalistas del concurso de Ensayos sobre la experiencia INCAE. Concurso que se realiza con cada promoción de estudiantes al finalizar sus estudios de maestría en la institución.