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Una maestría conectada a la realidad y unos compañeros convertidos en socios

26 de Julio 2018
Executive Education INCAE

Hacer un MBA no es cosa menor. Es, de alguna manera, un trastorno en el curso de la vida laboral y familiar y un factor de tensiones que saca a las personas de su zona de comodidad.

Por eso la mayoría de profesionales interesados, sobre todo en el mundo de los negocios donde se busca conocimiento aplicable a la realidad, hacen verdaderos estudios entre las instituciones que ofrecen las maestrías. Comparan inversión, formato, capacidad de conexión con el entorno real y posibilidades de crecer en el networking, entre otros elementos.

Esto fue lo que consideraron Fernando Gil, gerente de negocios de Jamming en Perú; el costarricense Serio Murillo, director ejecutivo de Neuromarketing 360; y Ada Hurtarte, encargada de marketing en el Banco Industrial de Guatemala.

Ada es egresada del Executive MBA de INCAE Business School y, si dependiera de ella, volvería a cursarlo junto a Fernando y Sergio, quienes están llevando el programa en la actualidad y ya han visto los frutos.

“Evalué varios programas, pero la ventaja de INCAE es que estaba ya en mi realidad latinoamericana y en mi mercado, además de la relación costo/beneficio. Ahora como egresada puedo decir que es una experiencia que lo transforma a uno y, por tanto, al entorno de cada uno”, asegura.

El análisis previo también lo hizo Fernando. “Tenía 10 años pensando en estudiar maestría, pero esta me llamó la atención para poder participar en el proceso de expansión de la compañía por América Latina, región en la cual hay un énfasis en INCAE y donde, además, es posible construir una red de contactos muy valiosos”, comenta desde Perú.

También valora la calidad de los profesores y la posibilidad de no desconectarse de su trabajo, gracias al sistema de módulos de una semana por mes.
Sergio, empresario de una compañía en desarrollo, valora mucho ese networking que le aportó la relación con los compañeros de distintos países, quienes con su participación enriquecieron también el trabajo en las aulas, asegura. Celebra también su experiencia de visita a Babson College y las enseñanzas de profesores “que no se quedaban en lo teórico, sino que tienen gran experiencia al mando de grandes negocios”.

El programa, sin embargo, no es para holgazanes, coinciden. “La maestría me ayudó a enfocarme para sacar provecho de cada momento en lo que genera valor”, señala Fernando, mientras Sergio resalta la necesidad de acomodar también los tiempos para mantener la actividad familiar y la profesional, con tal de gestionar un programa de estudios que significará una importante ventaja competitiva. 

Para ello es importante tener claro todo desde el momento de la decisión de matricularse y, como apunta Ada, no quedarse con las ganas de profundizar y diversificar los conocimientos.

“Es mucho lo que se gana con las sesiones grupales e incluso en lo personal, se convierte uno en una persona más eficiente y dispuesta a salirse de la zona cómoda. Además se incluyen la visitas tan valiosas como la de China, que se conoce de una manera que sería imposible como turista e incluso negociando con ellos”, exalta Ada.

Todas las lecciones tienen un alto sentido de la realidad y de aplicación, comenta Fernando, que ya ha establecido relaciones de negocios con sus compañeros de clase. Ellos, como la mayoría de los estudiantes del EMBA, mantienen una relación estrecha con personas que empezaron siendo compañeros o colegas y acabaron siendo “hermanos” o socios.
 

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