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Compromiso, foco y acción: lo infaltable al ejecutar una estrategia

05 de Octubre 2018
Executive Education INCAE

La estrategia en un negocio es indispensable, pero insuficiente sin factores clave que posibilitan la ejecución y el alcance de los objetivos prioritarios. Involucrar al personal desde la formulación estratégica, ser precisos al momento de operacionalizarla y dar un seguimiento riguroso son condiciones infaltables, además de ser conscientes de la importancia de un buen gobierno corporativo por encima de un equipo gerencial comprometido y enfocado.

Esta es la lista de los “must” que da el profesor y consultor en estrategia de negocios Esteban Brenes, Director Académico del Executive MBA y el Programa de Alta Gerencia de INCAE Business School. 

Aclarando que la estrategia pasa necesariamente por una mirada de largo plazo y por la certeza sobre el espacio y las formas en que se quiere competir, el músculo está el seguimiento minucioso basado en metas claras e indicadores para medir el cumplimiento. Si no, la mejor estrategia puede irse por la borda.

En más de 30 años de experiencia asesorando empresas en América Latina, el profesor Brenes concluye que hay prácticas imperdonables a la hora de ejecutar una estrategia: saltarse la operacionalización, porque esta es la fase en que se aterrizan los propósitos y se construye el camino para lograr los frutos en el corto y el largo plazo.

Después viene la fase de la vigilancia necesariamente obsesiva y medible con indicadores claros, como el piloto de una carrera de autos que sabe bien a qué velocidad va, la temperatura, la presión de las llantas y el terreno que va recorriendo. 

"Es el seguimiento innegociable e intransferible; no se puede delegar la conducción de los procesos", afirma el profesor Brenes como hablándole a los CEOs y a los miembros del cuerpo gerencial de cada organización. Una cosa es delegar funciones y transferir poderes de decisión acotados (cosa necesaria) y otra muy distinta sería entregar el timón de la empresa.

“El 79% de las empresas exitosas consideran fundamental el seguimiento desde la alta gerencia a los planes operacionales. El Balance ScoreCard (BSC) es una herramienta útil para dar seguimiento. Si el ejecutivo principal no tiene un BSC será difícil que su gente ejecute como se debe”, agrega Brenes.
Advierte, sin embargo, la conveniencia de otorgar poder de decisión a parte del equipo, lo cual implica compartir información sensible para tomar esas decisiones y hacer que la gente se empodere.

Así se podría premiar a los que mejor ejecutan o identificar las posibilidades de mejora en la cultura organizacional para promover cambios que puede pasar por la sustitución de personas, si es necesario. 

“Lo importante es garantizar que todos los ejecutores estén claros y alineados en el plan de acción, dentro de los miles de decisiones en múltiples manos que involucra la ejecución de una estrategia”, añade.

Todo es menos complicado si hay una junta directiva involucrada y cooperadora, dispuesta a salirse de torre de marfil y acompañando el cuerpo gerencial de cerca. Deberán, además, estar conscientes de que la estrategia es un fin en sí mismo y, como tal, debe estar sujeta a ajustes correctivos en cualquier momento. 
 

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