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Cinco (mil) razones para estudiar con visión de mundo

11 de Diciembre 2018
Executive Education INCAE

El mundo es cada vez más pequeño, más cercano, menos fronterizo y menos ajeno. Los mercados son parte de ese mundo y, por tanto, los negocios también. La tecnología le permite, en solo cinco minutos, a un granjero en el sur de Chile pedir asesoría a un experto en Londres sobre algún especialista en Osaka para competir contra una empresa china por los consumidores de Ontario, por ejemplo.

En dos décadas del siglo XXI la globalidad ha tomado una velocidad creciente y nosotros vamos en ella, queramos o no. No podremos frenarlo, pero sí aprovechar para conocerlo más y mejor. Escuchar a los expertos in situ, visitar empresas icónicas, hacer amigos que ni siquiera hablan nuestro idioma, probar esa comida que jamás imaginamos en la vida y comprender cómo una pequeña conducta humana puede alterar una industria billonaria. 

Se llama “visión global” y nadie en los negocios renegaría de ello, pero del dicho al hecho hay una brecha enorme. Es la brecha que se reduce con programas de especialización pensados para hacer que la mentalidad de los estudiantes pase por encima de las fronteras con más posibilidad de éxito. 

Por eso las alianzas de INCAE Business School con McCombs School in Business de la Universidad de Texas, HBX de Harvard, Darden School of Business de Virginia, Babson College, Cheung Kong en Beijing, ESCP Europe Business School en París, y Esade en Madrid

Es lo que explica Ramiro Casó, Director de Mercadeo y Comunicación que, habiendo cursado el Executive MBA y cursando aún la maestría en Business Analytics, resume en cinco puntos las enormes ventajas que ofrecen los programas de INCAE en términos del enfoque global.

1.    El acervo académico: a la calidad reconocida de los profesores y métodos de INCAE se suman los aportes de otras reconocidas escuelas con métodos complementarios y profesores que son verdades referentes mundiales en sus áreas y fuentes de inspiración, incluso tiempo después de cursar las maestrías.

2.    Un networking que no lo paga nadie. El alto nivel y la diversidad de los compañeros de estudio, los encuentros con profesionales de otras escuelas y el acceso a espacios que pueden funcionar casi como pequeñas mentorías. 

3.    La inmersión en los negocios. Se visitan empresas de todo tipo, líderes mundiales o emprendimientos exitosos para conocer modelos de éxito y visiones que no necesariamente coinciden con las que tenemos en nuestras empresas. Es más, que con seguridad no coinciden.

4.    Conocer la “cruda realidad” de otras ciudades. No se trata de pasar metido en un hotel o mirando una pizarra. No, se trata también de caminar por la ciudad, visitar sus restaurantes, sus museos o sus mercados para tratar de comprender cómo vive, cómo piensa y cómo consume.

5.    La experiencia personal, esa que no se repite entre uno y otro. En lo individual, lo social y lo profesional. El crecimiento y la opción de abrir más puertas de las que se pueden prever.

 

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