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MAE I: El inicio de la maestría ícono de INCAE

22 de Mayo 2019
Magda Montiel

Por Esteban Zolezzi

Hacer cálculos contables en largas páginas y sin calculadora, pasar horas haciendo regresiones sin computador, presentar sin poder usar proyector, tener clases sin videos, o tener que obtener largos casos sin tener intranet. Ese mundo que quizás parece incomprensible para las nuevas generaciones de Incaista era la realidad en 1968, cuando INCAE realizó su primera promoción de Maestría de Administración de Empresas, MAE I, la maestría insigne de la institución y que hoy se conoce como MBA.

Su historia es el relato de grandes aventuras.

Hasta entonces no era común pensar en programas de posgrado en el mundo y mucho menos lo era pensar que un país centroamericano podría tener un programa de posgrado exitoso y competitivo, respaldado por una de las escuelas más antiguas y conocidas del mundo como lo es Harvard University. El tiempo le dio la razón a la institución. La primera promoción llegó con 29 estudiantes, quienes gozaban de experiencia laboral habiendo ejercido como gerentes en grandes empresas de la región. Ellos dejaron familias en sus países, dejaron sus trabajos y el ingreso que esto les generaba. Ellos llegaron llamados por el desafío y deseo de superación individual y profesional, y seguir aprendiendo bajo el método impartido por el prestigio de la Harvard Business School.

Recordemos que Nicaragua no había pasado por la revolución, ni los devastadores desastres causados por el gran incendio y el terremoto que destruyeron y arrasaron con la ciudad de Managua. Allí llegaron los estudiantes del MAE I como pioneros. En vistas que el campus de Montefresco no estaba terminado, tuvieron que alojarse en el antiguo y pintoresco Hotel Lido Palace, a orillas del Lago Nicaragua. Para estudiar, trabajar en grupo y tener clases en el Banco Central de Nicaragua, como la primera maestría de nuestra institución.

En el segundo año la generación siguió marcando hitos: En 1969 el MAE I dejó el centro de Managua y se mudó al Campus Francisco de Sola en Montefresco.

Ellos fueron los primeros en tener clases en las aulas del campus, los primeros en afrontar la belleza singular del campus rodeada de una agresiva flora y fauna que daba sorpresas día y noche, y los primeros en comer en la cafetería. La generación incluso recuerda que consiguió al Chef de la Cafetería, a quien tomaron del bar en Managua al que solían ir.

Era una época sin computadores, internet ni tecnologías.

Los casos eran elaborados mayormente en Harvard Business School, planteando situaciones de administración de empresas en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. El rendimiento del tiempo siempre era un recurso escaso, más de lo que las actuales generaciones pudieran imaginar. “Lo usual era que durmiéramos en promedio 3 horas al día”, comentó el guatemalteco Salvador Biguria.

Esta generación sin embargo estaba altamente motivada y maravillada por la excelencia del sistema casuístico de la Harvard Business School. Cabe destacar que los profesores e instructores venían directamente de la Facultad y de haber enseñado en la HBS para trasladar las herramientas analíticas del momento y que estaban inculcando paralelamente con sus estudiantes de la escuela más prestigiosa del mundo. El material académico que usaban esta primera promoción era los casos que también compartían en el HBS en Boston, y el nivel de preparación, análisis y exigencia demandada, les abría su mente de una forma increíble y creativa, para resolver los problemas de la administración de Empresas.

La comunidad empresarial centroamericana estaba muy pendiente también de este nuevo programa, ya que de allí saldrían los líderes que necesitaban para desarrollar sus negocios y generar los cambios empresariales que afectarían el futuro del desarrollo y crecimiento de la región centroamericana. La presión sobre los estudiantes y en el propio INCAE eran altas, por el compromiso del éxito que debería mostrar este programa de posgrado.

Las características y perfil del graduado de una maestría de INCAE empezaron a surgir inmediatamente. El nivel de exigencia personal y grupal comenzó a aumentar rápidamente, la capacidad para incorporar temas tan diversos como Marketing, Finanzas, Contabilidad y Control, y Análisis del Entorno Ambiental Empresarial y comenzó a desarrollarse en la metodología y análisis de cada estudiante. Además, se gestó un verdadero sentido de convivencia regional y se convirtió en parte importante de lo que se aprendió fuera de las aulas.

El sistema de trabajo en grupos asignados desde el primer día, los animó a generar lazos con personas imperdurables con profesionales de la región centroamericana y Panamá, a entender su cultura empresarial, y a estudiar reconociendo fortalezas y debilidades de cada uno de los miembros de los grupos asignados.

“Si nos pones junto a recién graduados a analizar distintos casos, vamos a seguir siendo competitivos. Eso es lo que nos entregó INCAE”, Salvador Biguria.

Profesores icónicos de INCAE fueron también piedra angular de esta generación. Destacados académicos como Nicolás Marín, Enrique Alvarado Barrios y Aníbal Ramírez, fueron parte de los que enseñaron a esta generación de Incaistas las herramientas para convertirse en grandes líderes para la región. Junto a ellos, algunos destacados profesores de la HBS como: el Doctor Charlie Savage, Doctor Ackermann, quienes también trasladaron enseñanzas que quedaron para siempre en los conocimientos profesionales de la alta dirección de empresas de esta generación.

“Teníamos profesores internacionales de primer nivel, material académico, y casos directos de la HBS. La conformación de esta primera promoción con profesionales de Centroamérica y Panamá fue el elemento aglutinante y de fortaleza académica y profesional. Aprendimos herramientas de análisis de empresas para crecer como líderes, y para entender las distintas formas de pensar que proviene de los distintos países centroamericanos y de las distintas profesiones. Fue una experiencia que superó completamente todas nuestras expectativas”, explicó Biguria.

La generación finalmente se graduó en 1969 luciendo elegantísima la toga y el birrete propia de la HBS y derrochando los conocimientos en finanzas, mercadeo, producción, en cada una de sus mentes, y un deseo de liderar el cambio promoviéndolo en todos los países de la región, comentó Biguria.

Biguria por ejemplo, llegó con un BA de la Universidad de Boston, y posteriormente obtuvo la beca Fulbright y se convirtió en el único guatemalteco hasta esa fecha en obtener el Eisenhower Fellowship. Luego de terminar sus estudios, se dedicó por 20 años a Banca y Finanzas, y participó activamente en el desarrollo de lo que hoy es el tercer banco más importante de Guatemala, el Banco Agromercantil, entidad pionera en Guatemala, y en la cual Biguria formó parte importante del equipo que logró las primeras fusiones en Guatemala.

Esta generación, cabe destacar, sigue en contacto a la fecha, incluso creando grupos en redes sociales con generaciones Incaistas posteriores para atender y participar sobre los temas críticos de la región, respondiendo consultas empresariales locales e internacionales, y compartiendo sus análisis y opiniones sobre los temas relevantes de la política económica local, regional e internacional. Se han constituido como un Think Tank para orientar, formar opinión, y asesorar al sector privado y el sector público. En 2019 esta clase pionera está celebrando sus 50 años de anviersario.