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CLACDS ante el COVID-19

24 de Marzo 2020
Mauren Esquivel

El pasado 18 de marzo de 2020 se confirmaron casos de COVID-19 en El Salvador y Nicaragua, estos fueron los dos últimos países de la región latinoamericana en registrar un caso del nuevo virus que ha transformado el mundo al que estamos acostumbrados.

La respuesta de los países ante la amenaza que representa este virus ha sido disímil. Algunos países han optado por implementar cierre de todas sus actividades no esenciales con el fin de reducir el contagio al mínimo, otros han sido más moderados, aceptando la imposibilidad de detener el virus, pero tratando de “administrar” el ritmo de contagio, mientras que algunos gobiernos no han tomado medidas drásticas.

Todavía, no podemos conocer los resultados de esta pandemia al momento de escribir este blog, sin embargo, si sabemos que tiene impactos muy significativos en lo económico, social, ambiental e institucional.

En el tema económico, es de esperar una disminución en la tasa crecimiento del PIB e inclusive, en casos en que la epidemia sea de larga duración, una caída de éste. El cierre de empresas que dependen de las ventas diarias para el pago de sus nóminas y proveedores significará la pérdida de empleos formales en la región pero también la menor actividad económica afectará el modo de ganarse la vida de muchas personas con negocios informales que dependen de sus ventas del día a día.

La pérdida de empleo e ingresos de las familias sin duda tendrá repercusiones en los porcentajes de pobreza y una disminución en la calidad de vida de los habitantes de la región. A pesar de que se ha registrado una disminución en los niveles de contaminación desde que comenzó la crisis sanitaria, el cambio climático no se detendrá porque la crisis (y la consecuente reducción de la contaminación) es temporal. La credibilidad de las instituciones democráticas está en juego y el manejo de esta crisis sanitaria puede resultar en recuperar la confianza en ellas o más bien en un marcado deterioro.

Lo más doloroso es que sin duda vamos a sufrir pérdidas humanas y posiblemente un deterioro de nuestro nivel de vida. El panorama puede lucir oscuro, sin embargo, como se dijo antes es temporal. Cómo será la Latinoamérica del futuro no lo sabemos, pero depende en buena medida de las decisiones individuales y colectivas que tomemos en este momento.

Desde el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible estamos comprometidos en contribuir generando información y análisis para que la toma de decisiones permita cruzar esta crisis con el menor daño posible. Para esto, estamos trabajando en el desarrollo de contenidos y sesiones de acceso gratuito, para que las empresas puedan gestionar tanto la crisis como la recuperación posterior siendo más competitivas. Con esto, esperamos aportar nuestro “grano de arena” para mantener el empleo y disminuir el impacto social que esta pandemia puede tener.

A nivel macro, estamos comprometidos a buscar alternativas de corto plazo que permitan a los gobiernos establecer políticas y medidas congruentes con el reto al que nos enfrentamos. Finalmente, nos comprometemos después de finalizada esta crisis, a construir una región más fuerte y esperamos que, en el mediano plazo, podamos lanzar una iniciativa de resiliencia regional que nos permita estar mejor preparados para responder a este tipo de desafíos. Hoy es el COVID-19 pero mañana puede ser un fallo tecnológico, una catástrofe natural u otro fenómeno. Es imperativo que estemos mejor preparados para esos retos.