145 jóvenes de América Latina vinieron al Capstone
¿Se preguntó quiénes eran los que conformaban el grupo grande de jóvenes de América Latina que estuvieron en el campus de Costa Rica hace unas semanas? Era difícil no darse cuenta de la presencia de los 145 estudiantes que estuvieron en INCAE entre el 27 y el 31 de julio en el campus Walter Kissling Gam. Pues este grupo vino a INCAE para el evento culminante de sus maestrías, el
Capstone o la piedra final que les ayuda a englobar todo lo aprendido y aplicarlo usando el método de INCAE.
Ellos forman parte de la red INCAE, las universidades latinoamericanas que tienen una alianza con nuestra institución con la misión de que todos en la región estemos más integrados. Eran estudiantes que venían en su mayoría de Perú, Chile, Ecuador, Costa Rica, Colombia y Bolivia, aunque habían también algunos de Uruguay, Venezuela, Honduras, México, República Dominicana y España.
Pero ¿qué exactamente estuvieron haciendo por una semana?. Ellos analizaron casos de mercadeo, finanzas, operaciones y desarrollo sostenible junto a profesores como José Exprúa, Pedro Raventós, Mauricio Jenkins y Lawrence Pratt; aplicaron sus conocimientos en simulaciones de operaciones y de flujos de caja; y pudieron poner a prueba sus capacidades de negociación en actividades dirigidas por Enrique Ogliastri.
Pero no se quedaron solo en el campus. Los estudiantes aprovecharon de conocer Costa Rica, algunos por primera vez, y por medio día, los estudiantes además fueron a los cafetales de Doka Estate junto a Carlos Aguirre para conocer sobre el proceso del café y realizar actividades de cuerdas altas.
¿Cómo vieron su experiencia en INCAE? Alexandra Esquivel, Directora de Programas Internacionales, comenta que muchos de los estudiantes quedaron encantados con la institución y su sistema de enseñanza. "Incluso una participante quedó tan contenta con toda la experiencia que envió un mensaje agradeciendo y diciendo que desde ya planificará para participar en algún programa que realice el INCAE durante el 2016", cuenta Alexandra. ¡Eso es todo un orgullo!