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Tech Club INCAE, fortaleciendo el vínculo con la tecnología

29 de Septiembre 2022
Comunicación Institucional

Por Rosalina Piñera

En un mundo inmerso en la tecnología y su ineludible influencia en la vida cotidiana, hemos aceptado el reto de ir a la par de los avances digitales. No obstante, no todos aprenden a la misma velocidad ni con igual facilidad. Hay generaciones marcadas por la era digital y hay quienes requieren apoyo. 

En INCAE, un grupo de estudiantes apasionados por la tecnología ha decidido ayudar a cerrar la brecha. Son el Tech Club INCAE, y para conocer más sobre su misión en terrenos Incaístas, platicamos con su Junta Directiva conformada por Valeria Ochoa (presidenta), Paola Villalobos, Adrián Coronado, Andrés Felipe Cabrera, e Ilche Park.

¿Cuánto tiempo lleva trabajando el Tech Club INCAE y cómo da continuidad esta Junta Directiva al trabajo hecho?

Adrián Coronado (AC): Tech Club suma tres generaciones formales de directivas y ha tocado más de seis maestrías. Nace porque con las nuevas tecnologías se presentan oportunidades de negocios y el Club quiere compartir conocimientos a la comunidad Incaísta, tanto para hacer frente a estos desafíos profesionales, como a los laborales y personales. Queremos trabajar en ello porque no solamente somos agentes económicos; deseamos desarrollar habilidades digitales en los Incaístas que los preparen para entender las posibilidades de las tecnologías emergentes y las que ya están a fin de liderar exitosamente emprendimientos y cargos de liderazgo.

¿Cuál es su background académico o profesional y por qué consideran que la tecnología debe estar presente en la formación de los Incaístas?

Valeria Ochoa (VO): En mi caso, tengo experiencia profesional en las áreas de Logística y Transportes, y Supply Chain,  y siempre he estado relacionada con el tema de negocios, pero me mueve la curiosidad, el aprender más, y por eso estoy aquí. A pesar de no tener un background en tecnología o ingenierías ‘pesadas’, he estado cerca de la tecnología. 

Paola Villalobos (PV): Yo estudié Administración de Empresas Turísticas y no usaba más allá de un buen Excel. Pero considero vital conocer sobre manejo de datos y de su interpretación, pues ya no eres tan competitivo si desconoces de estos temas. La tecnología ha transformado todos los ámbitos de la vida, ha resuelto problemas concretos y es pilar del desarrollo económico, social y cultural. 

Estoy en el Club por mi pasión hacia la tecnología. Deseo compartir actividades para que estudiantes y personal de INCAE aprenda sobre estas herramientas. También es cierto que, al hacerlo, aprendemos al enseñar y crecemos como profesionales.

Andrés Felipe Cabrera (AC): Nosotros somos estudiantes de la Maestría en Analytics, Innovation and Technology (MAIT), y el trabajo del Tech Club INCAE se enriquece con los perfiles multidisciplinarios de sus integrantes, quienes contribuyen con su experiencia, habilidades y conocimientos personales. Queremos fortalecer el vínculo entre INCAE y la tecnología. Necesitamos ir de la mano con las tendencias. El mundo se está digitalizando y las empresas necesitan tomar decisiones basadas en datos. No podemos eximir una decisión de negocios de la tecnología o las herramientas que permiten analizar datos. 

En mi caso, toda mi vida se ha relacionado con la tecnología. Soy ingeniero en telecomunicaciones, trabajé para una telefónica y ahora estudio MAIT. Mi interés por pertenecer al Tech Club es para hacer ver a nuestra comunidad que la tecnología está para todos. Muchos dirán: “¡No puedo! Se me sale de las manos”, pero no es así. 

AC: Yo he vivido de la mano con la tecnología, buscando cómo hacerla disponible a los demás. En 2018 creé un curso para enseñar a adultos mayores a conectarse con su familia desde sus smartphones. Desde mis tiempos de universitario, justo en la pandemia, hice accesibles cursos y programas que enseñan herramientas digitales. También participé en consultorías de transformación digital para empresas medianas y grandes en donde habilitábamos competencias y transformaciones culturales. Me mueve “disponibilizar” la tecnología y potenciarla en nuestro beneficio personal o de negocios. Siempre busco tecnologías para compartirlas; por eso me uní al Tech.

Ilche Park (IP): Mi background siempre ha sido de data. Trabajé cerca de tres años en Pacíficos Seguros, en Perú, haciendo automatización, extracción, transformación y carga de datos; creando modelos para proyectos de inteligencia de negocios. Quiero trasladar mi conocimiento técnico a la comunidad Incaísta.

Derivado del confinamiento ocasionado por la pandemia, nuestras actividades sufrieron importantes cambios y la tecnología ocupó un papel relevante. Se aceleraron los procesos de adaptación y adopción, aunque no de modo equitativo. ¿Qué debemos hacer para no quedarnos atrás en Latinoamérica? 

AC: Yo diría que perder el miedo a la tecnología. Ser reacio a cambios bruscos no es tanto de Latinoamérica, sino del ser humano. Debemos encontrar la forma, la metodología que lo haga lo menos brusco para las personas, y así le den la oportunidad a la tecnología.

PV: Creo que hay que tener la actitud para aprender, reconocer que al principio puedes ser lento y que habrá conceptos y formas que no manejas bien. Ser amable contigo mismo es parte del aprendizaje.

VO: Más allá del nivel personal, mucho tiene que ver la cultura de innovación, digitalización y el avance que adopten las empresas. Latinoamérica es parte de esa transformación digital que se aceleró en la pandemia; sin embargo, también es cierto que seguimos rezagados. Por ello, en Tech nos estamos preparando para impulsar la transformación en las empresas donde vayamos a trabajar o en las propias.

En solo tres semanas, Tech Club se ha concentrado en dar continuidad a proyectos existentes y trazar nuevas metas. ¿Cuáles son?

AC: En el proceso de selección de la Directiva del Club pregunté a Max de León, el expresidente, qué hubiese querido hacer. Me decía que le interesaba posicionar al Club como ese ente donde recaen preocupaciones del tipo “no sé Excel, pero en Tech me van a ayudar”. Queremos hacer eso, y multiplicar nuestro impacto al colaborar con otros clubes que parecen no tener relación, como el Club de la Diversidad. 

La idea es dar continuidad a los proyectos, como el aprovechamiento de los recursos tecnológicos de INCAE, que se subutilizan. También queremos dar a conocer las “seguridades mínimas” que debe tener una persona al usar las tecnologías: realmente puede perjudicar a la empresa y al individuo no tener los cuidados y los conocimientos mínimos en seguridad del software o dispositivos que utilizan. 

PV: Estamos planificando un bootcamp de Power BI para el cuerpo administrativo de INCAE con dos enfoques: básico e intermedio. Lanzamos la invitación a alumnos que quieran participar y ser tutores. Serán dos semanas de puro entrenamiento; estaremos disponibles para encaminarlos. Será perfecto si participan alumnos y nuevos integrantes del club. Será la tarea que les heredaremos. 

¿Qué aprendizajes se lleva un Incaísta que forma parte de Clubes de INCAE?

PV: ¡Son un montón de cosas! Entre ellas está el desarrollo de habilidades de liderazgo, actuar bajo presión –porque tenemos poco tiempo– y eso nos lleva al balance con actividades personales y sociales, un valor que INCAE te inculca. 

IP: También salimos de nuestra zona de confort. Un club nos da exposición crítica. Además, debemos elaborar un plan estratégico y desarrollar nuestro pensamiento analítico: ¿cómo abordar este problema con soluciones del background que cada uno tiene?, ¿que es diferente y cuál podemos integrar?

VO: Coincido. Al participar en un club salimos de la rutina para tocar temas más estratégicos, y también tenemos mayor exposición con nuestros profesores. De hecho, todos los clubes de INCAE tienen un profesor asignado que los apadrina, y en nuestro caso, nuestra madrina es la doctora Carla Fernández. 

AC: Además del tema de la exposición y la responsabilidad que nos da el pertenecer a una Junta Directiva de un prestigioso club, como el Tech, estamos aquí para ayudar. ¿Nuestros retos actuales y futuros? Hallar el balance entre el estudio y las actividades extracurriculares.