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El futuro de la educación: una conversación abierta en la que aún faltan respuestas

07 de Diciembre 2022
Comunicación Institucional

¿Cómo se logra que más personas tengan acceso a oportunidades educativas de calidad? ¿Cómo se prepara a “graduados no sustituibles por la tecnología”? Estos y otros temas abordaron Camelia Ilie (Decana de INCAE) y un grupo de destacados expertos en el conversatorio El Futuro de la Educación, en el marco del INCAE Giving Day 2022. 

Por: Juan José Cruz

No podríamos imaginar un mundo como el actual sin la educación superior. Si bien no todas las personas tienen acceso a ella, su impacto en el desarrollo de las sociedades es evidente. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué retos enfrenta la educación superior en la actualidad? ¿Las instituciones de educación superior están preparadas para un futuro lleno de incertidumbre y retos? 

Con motivo del INCAE Giving Day 2022, Camelia Ilie, Decana de Educación Ejecutiva e Innovación Estratégica, moderó un conversatorio en el que reconocidos invitados especiales presentaron sus posturas sobre los retos que enfrenta la educación superior de cara al futuro. Lo primero que se reconoció fue el implacable cambio que se originó con la pandemia. Distintas tendencias educativas que ya se tenían en la mira se adelantaron. 

Una “tormenta perfecta de cambios” (la pandemia, desigualdad y una evidente pobreza de aprendizaje) propició que surgieran nuevas exigencias en el mundo laboral. Y las instituciones de educación superior no pueden quedarse atrás. Con ello surge un gran dilema: ¿es mejor dar una educación universitaria formal o hacer énfasis en la formación profesional?

En los tiempos actuales, ya no basta con ser efectivo y eficiente, se busca la excelencia y la innovación. En ese sentido, Alexandra Araujo, empresaria y Presidenta del Comité Nacional de INCAE en El Salvador, reconoció la incesante labor de INCAE para crear líderes y fomentar en ellos la idea de mantenerse siempre educados. “Hoy más que nunca, es una necesidad estar actualizado y consciente de las tendencias existentes”, precisó. 

Complementando lo anterior, Francisco Ponce, graduado de INCAE, aseguró que la educación del futuro debe contribuir a la creación de una sociedad más justa. Esto coincide con las ideas expuestas por Camelia Ilie, quien afirma que se debe invertir constantemente en la educación. ¿La razón? Solo así se puede generar desarrollo en distintos territorios. De acuerdo con sus palabras, si se invierte en nuevas tecnologías y se logra que más personas tengan acceso a oportunidades educativas, podría llegar un momento importante de sustentabilidad. 

Debido a la gran cantidad de dudas y pocas respuestas que se tienen sobre el futuro de la educación, es importante analizar qué se debe enseñar a los estudiantes. Y esto no hace referencia únicamente a los contenidos teóricos, sino también a las aptitudes y habilidades necesarias para destacar en una era tan competida. 

Ponce destaca el gran trabajo que hace INCAE al transmitir conocimientos sobre problemáticas actuales a sus alumnos a través del método de casos. Así, los docentes no se limitan a compartir la información teórica; proponen una metodología de análisis que los alumnos puedan aplicar en distintas áreas. En los tiempos que corren, es más importante encontrar un sentido y utilidad a lo aprendido que memorizar conceptos. Hay que aprender a aprender. 

Erik Peterson, Director del Fondo de Honor Patricia Price Peterson Foundation, ofreció una interesante respuesta hacia los problemas de la educación del futuro. Él considera que todos los esfuerzos realizados actualmente rendirán frutos. “Si bien atravesamos por momentos complicados, donde los modelos educativos sufren constantes actualizaciones, es posible que los estudiantes del futuro devuelvan a la sociedad lo que ésta ha dado por ellos”, planteó en su intervención. 

Peterson también mostró una gran preocupación por el inminente avance de la tecnología. Como se mencionó, muchas aristas relacionadas a ella se adelantaron varios años y tomaron por sorpresa a la sociedad. Desafortunadamente, profesionistas de diversos giros en todo el mundo se vieron sustituidos por herramientas, aplicaciones e incluso robots. Hubo un importante desplazamiento de labor humana que muchos no esperaban. Ante ello, Peterson propone que las instituciones de educación superior evalúen sus métodos de enseñanza para así preparar “graduados no sustituibles por la tecnología”. 

Otro problema tocado en el conversatorio, y al que se debe hacer frente en aras de facilitar la educación del futuro, es la digitalización en los alumnos. Los modelos académicos se transformaron drásticamente en los últimos dos años; se volvieron hasta cierto punto más flexibles y permitieron que miles de estudiantes pudieran acceder a nuevos conocimientos sin necesidad de pisar un aula, estudiando ellos la parte teórica en su espacio privado y acudiendo al aula a compartir dudas, hallazgos y aprendizajes (lo que se conoce como “aula invertida”). Aunque en principio fue una alternativa útil, poco a poco ha surgido un problema cada vez más evidente: algunos estudiantes ya no quieren asistir a los centros educativos de manera presencial, pues consideran que no aprenderán más de lo que se puede en internet. 

Ante dicha cuestión, el académico, empresario, filántropo e inversionista norteamericano Harry Strachan, sugirió resaltar aquellos aprendizajes que solo se pueden explotar en las aulas. Uno de ellos es la capacidad de solucionar problemas, indispensable para cumplir con la excelencia e innovación mencionada párrafos atrás. También destacó la importancia del trabajo en equipo y la fluidez de las ideas. Aunque suene trillado, es la colaboración grupal entre varias mentes que piensan diferente lo que puede resolver conflictos o bloqueos creativos en los ámbitos académicos o laborales. Aprender en una habitación y frente a un monitor nunca será lo mismo que estar en un aula y junto a otras personas con los mismos intereses. 

Si en algo coincidieron todos los participantes del conversatorio, es que se necesita pensar en el estudiante del futuro lo antes posible. Aunque durante décadas hayan dado resultados, las estrategias educativas del pasado requieren una importante transformación. En cierto sentido, son los estudiantes quienes ahora llevan las riendas de su educación. Aprendieron a medir su aprendizaje y lo que necesitan, valoran su tiempo como nunca antes, y agradecen los entornos de colaboración donde verdaderamente hay aprendizajes significativos. 

Definitivamente, hay muchas alternativas por seguir y pocas respuestas ante un entorno tan demandante. A pesar de la existencia de diversas tendencias educativas, es importante analizar cuál es la que realmente responde a las exigencias del mundo laboral. Elegir una para favorecer a los estudiantes no es cosa fácil, pero se debe pensar en lo que esperan las distintas industrias: personas con experiencia, capacidad de respuesta, llenas de habilidades, y dispuestas a trascender gracias a sus conocimientos.