¿Qué necesitan los líderes latinoamericanos?: Más mujeres | INCAE
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¿Qué necesitan los líderes latinoamericanos?: Más mujeres

04 de Abril 2013
Susan Clancy

Aunque ahora las mujeres representan la mitad de la fuerza laboral en América Latina, las posiciones de liderazgo empresarial siguen siendo dominadas casi totalmente por hombres, y es poco probable que esta situación cambie.

Romper las barreras estructurales y culturales dentro de las organizaciones que frenan el avance de las mujeres requiere el firme compromiso de los altos mandos.

Más de dos mil gerentes de firmas locales, regionales y multinacionales de tres sectores industriales fueron encuestados por el Centro para el Liderazgo de la Mujer de Incae, y de ellos, menos del 25% trabajaban para compañías cuyas políticas fomentan el ascenso de las mujeres a puestos de liderazgo. Además, solo un 12% cree que es necesario que la organización se esfuerce por promover la diversidad de género en el liderazgo.

Una explicación clara surge de los datos obtenidos: el objetivo principal de la mayoría de las empresas es ganar dinero, y en América Latina los hombres que detentan el poder no asocian a las mujeres con ese objetivo. Menos del 8% estimó que hubiera un vínculo entre la diversidad de género en el liderazgo y el desempeño financiero de una firma.

Numerosos estudios de la última década que fueron dirigidos por instituciones académicas, bancos de desarrollo y firmas consultoras como McKinsey y BCG, respaldan la relación entre el desempeño financiero corporativo y la diversidad de género en el liderazgo.

Las empresas que muestran cifras altas en términos de representación femenina en los equipos de alta gerencia presentan un mejor rendimiento financiero que aquellas donde son muy bajas.

El hallazgo se da en ambas medidas analizadas: Rentabilidad del Patrimonio, ROE, que fue un 35% más alto, y tasa de retorno total para el accionista, TRTA, que fue un 34% superior.

¿Por qué la presencia de mujeres en los rangos de mando impacta el balance final?

Primero, porque las tasas de educación y participación laboral de las mujeres en América Latina se dispararon en los últimos 30 años. A escala global controlan cerca de US$20 billones de los gastos en bienes de consumo, y se espera que en el 2016 sean US$38 billones.

Pese a eso, un reciente estudio de BCG indica que las mujeres en mercados desarrollados y en vías de desarrollo, manifiestan una sensación de desfavorecimiento.

Las firmas que apalanquen su llegada a las juntas decisorias podrán comercializar mejor los productos y servicios, y desarrollar otros para alcanzar este nuevo mercado.

La segunda razón es que la mitad del talento de una firma es femenino. Entonces, ¿por qué el 95% de los líderes son extraídos del 50% masculino? Esto es un desperdicio absurdo, y aun más cuando se avecina una guerra por el talento debido a la reducción en las tasas de fertilidad.

La tercera razón está relacionada con la toma de decisiones estratégicas. La mayoría acepta que los grupos diversos toman mejores decisiones, siempre y cuando todos sus miembros sean igualmente capaces, pero los economistas están desarrollando modelos matemáticos que indican que, bajo ciertas circunstancias, los grupos diversos superan a los más homogéneos, aun cuando estos últimos sean más capaces.

¿Cuáles son estas circunstancias?

Cuando la tarea que se le pide completar al grupo es compleja, ambigua y con muchas respuestas correctas posibles (por ejemplo, diseñar un nuevo producto).

Creo que la traducción al lenguaje popular es: “En el mundo actual, si las juntas que toman las decisiones en la organización están compuestas por hombres mayores de 50, estamos en problemas”.

Llevar más mujeres a posiciones de mando es cuestión de estrategia. En el siglo 21 la diversidad en el liderazgo será crucial para la competitividad organizacional.

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