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Noticia

Cuando la vida nos sorprende

29 de Mayo 2014
Anónimo

Ocurre, que de vez en cuando, cuando ya de por sí estábamos muy agobiados, la vida nos sorprende una vez más.

En ocasiones, la cantidad de trabajo y preocupaciones cotidianas nos absorben. Nos preocupamos por la lista interminable de pendientes que muchos tenemos al tratar de balancear todo: desarrollo de carrera, trabajo o negocio, estudios, familia, niños, escuelas, tareas, visitas médicas, ejercicio, impuestos, pagos y varios imprevistos...
 
Ocurre, que de vez en cuando, cuando ya de por sí estábamos muy agobiados, la vida nos sorprende una vez más.
 
Nos toca asumir un reto más grande, más complejo que no teníamos contemplado y que nos mueve desde las bases.  Esos eventos que con frecuencia vienen de pronto y de frente, nos desordenan la vida, la sumergen en un relativo caos, para casi ahogarnos, o darnos la oportunidad de crecer con perspectiva.
 
Esos eventos, nos dan una visión que no teníamos cuando estábamos ahogándonos en nuestra propia cotidianidad y la vivíamos con cansancio, como nadando en el mar. De pronto, cuando vienen tiempos peores y soplan vientos más fuertes, nos damos cuenta que en realidad tenemos más fuerzas de las que creíamos.
 
Aquello que ayer veíamos complicado, hoy vemos que era sencillo y tal vez nos encontremos manejándolo con relativa tranquilidad porque tenemos entre manos algo más complejo como un mal negocio, una enfermedad seria, la pérdida de trabajo, usted dirá.  Ahora sí que es cierto, las fuerzas nos flaquean y no podemos más. " ¿De qué me quejaba antes?" –Se pregunta uno.
 
Viktor Frankl sobreviviente del holocausto, médico y psiquiatra, escribió en su libro "El Hombre En Busca del Sentido", sobre el tema de la esperanza en situaciones de extremo estrés: “Cuando perdemos la fe y la esperanza en el futuro, podemos decaer no solo mental sino también físicamente. Nuestro estado mental, nuestro coraje, valentía y esperanza, determina nuestra sobrevivencia en situaciones de crisis”.  
 
La salvación en situaciones desesperadas, decía Frankl, puede venir "del" y a "través" del amor.
 
Las redes de apoyo, los vínculos con nuestros seres queridos, el amor de nuestros niños, son recursos que tenemos en medio de la tormenta. Valoremos y utilicemos esos recursos. Recuerde, después de la tormenta siempre, siempre, sale el sol.

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