América Latina se ha convertido en un actor clave para la seguridad alimentaria de China, esa es la conclusión a que llegan los investigadores que prepararon el estudio La presencia de China en América Latina: comercio, inversión y cooperación económica, de la Fundación Konrad Adenauer Stiftung.
La impresionante transformación económica que ha tenido China durante las dos últimas décadas, dicen los investigadores, ha traído consigo procesos de urbanización y el aumento de la capacidad de consumo de sus habitantes.
Estos cambios le ofrecen a América Latina la oportunidad no solo de incrementar sus exportaciones de alimentos a ese país, sino también de diversificar su oferta. Se espera que en los años venideros China aumente su demanda de productos con más proteínas, alimentos procesados y, en términos generales, con más calidad, seguridad y sofisticación.
Desde el 2001, las importaciones de alimentos de China han crecido a razón de un promedio del 25% anual, alcanzando los $101.370 millones en el 2014. Esta cifra consolida a China como el segundo mayor importador de alimentos en el mundo.
Las exportaciones de alimentos son un elemento clave en las relaciones comerciales de China con la región. Los alimentos representaron, en promedio, el 30% de las exportaciones latinas a este mercado asiático durante los últimos diez años.
De acuerdo con el estudio de la Fundación Konrad Adenauer, solo cinco productos (las habas de soya, el azúcar de caña, la harina de pescado, el aceite de soya y los trozos de pollo) representan el 89% del total de los alimentos exportados a ese país de Asia. Sin embargo, hay otros productos, entre ellos la carne bovina y algunas frutas como cerezas, uvas y arándanos, que han ganado importancia en los últimos años y se cuentan hoy entre los alimentos más más vendidos por Latinoamérica a este mercado asiático.
Según cifras del 2014, Brasil fue el principal exportador de alimentos a China por un valor de $18.563 millones, equivalentes al 70% de las exportaciones regionales. El segundo proveedor fue Argentina, quien exportó $3.832 millones. Otros vendedores importantes fueron Chile (5%), Perú (4%) y Uruguay (4%).
México, por su parte, aunque es uno de los mayores exportadores de alimentos al mundo, no lo es a China, dado que su oferta de este tipo de productos está principalmente orientada a los mercados de Norteamérica.
Según el informe de la Fundación Konrad Adenauer, en el mercado chino hay una gran oportunidad de crecimiento. La región tiene una ventaja comparativa en la producción de alimentos y se encuentra en una posición idónea para beneficiarse de una mayor apertura de este sector y una mayor demanda de alimentos de mejor calidad por parte de los chinos.
Por otra parte, se espera que la demanda china de alimentos producidos en América Latina mantenga una tendencia creciente, debido a que aquel país no está en capacidad de expandir su producción mucho más de su nivel actual, debido a las restricciones de áreas de cultivo y agua.
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