5 Principios para liderar voluntarios de forma efectiva

03 de Abril 2017
Anónimo

Por: Urs Jäger/José Pablo Valverde

Este año las encuestas anuales de VIV AIdea nos sorprendieron. Más del 90% de los emprendedores sociales latinoamericanos lideran voluntarios. En otras palabras, la mayoría de ustedes comparten algo en común: liderar voluntarios es muy diferente a liderar colaboradores. Hay quienes afirman que liderar voluntarios es aún más difícil, pero, ¿por qué es tan complicado liderar voluntarios?

Al buscar una definición de voluntariado, la literatura especializada señala: El voluntariado es ofrecerse a realizar algo sin recibir a cambio remuneración alguna. Es decir, un líder no se puede despedir a un voluntario o reducir su salario. Se necesita liderar sin poseer poder de índole formal, y eso resulta extraño. De alguna forma esto contradice nuestro entendimiento sobre lo que es liderazgo. ¿Cómo se puede ser efectivo si no es posible ordenar a los colaboradores a seguir una cierta dirección?  

Al buscar una respuesta a esta incógnita, algunos emprendedores sociales optan por tornarse autoritarios, y esto los conduce al fracaso ya que ahuyentan a sus voluntarios. Otros intentan ser más democráticos y buscan el involucramiento de todos los actores. Esto los lleva al fracaso ya que se vuelven invisibles al extraviarse en un mar de discusiones agotadoras. Muchos de nosotros, inclusive en VIVAIdea, hemos experimentado estos procesos de prueba y error. Claramente, la respuesta a la pregunta de cómo liderar efectivamente voluntarios, no es sencilla. 

En VIVAIdea nos dimos a la tarea de buscar respuestas, por lo que entrevistamos a gerentes de organizaciones que manejan voluntarios de forma efectiva. A continuación, presentamos las ideas que emergieron de estas entrevistas en cinco principios que pueden ser de ayuda al liderar voluntarios.  

Principio #1: Diga “gracias” una y otra vez…

 

“Liderar” a alguien generalmente implica cierto poder de un individuo sobre el otro: Instrumentalmente y con un propósito definido usted influencia las acciones de sus colaboradores. En el caso de los voluntarios, estos tienen “libre albedrío”, es decir, voluntas. Usted no puede imponer sus planes o decisiones sobre ellos. Uno de los entrevistados explicó lo siguiente al respecto: “Los voluntarios siempre tienen una buena intención y es difícil decirles qué hacer. Primero que nada debes de decirles: 'gracias'. No es posible decirles de buenas a primeras: 'no me gusta lo que hiciste'. Es casi imposible criticar voluntarios. Cuando se lideran voluntarios siempre se deben de apreciar sus “buenas intenciones”.

Principio #2: Aproveche las fortalezas de sus voluntarios para ser efectivo

 

Muchos líderes asumen que deben de empujar a sus empleados para conseguir que estos trabajen. En el caso de los voluntarios esto es muy diferente. Ellos trabajan porque tienen un deseo genuino de incorporar su conocimiento a una causa. Uno de los gerentes entrevistados dijo lo siguiente al respecto: “En el papel de un líder, es preferible brindarle apoyo y facilitar el trabajo a expertos, que convertirse en uno.” Liderar voluntarios conlleva identificar sus fortalezas y apalancarse en ellas para conseguir un objetivo. Usted se convierte en un aliado de los voluntarios al ayudarles a hacer los que ellos desean, utilizando sus fortalezas como una valiosa contribución al trabajo de todos los miembros de la organización. 

Principio #3: Reconozca el trabajo de los voluntarios buenos pero no critique a los demás

 

La diversidad de voluntarios que llegan a una organización es muy amplia, e inclusive muchos de ellos persiguen una agenda propia que no contribuye con los objetivos de la causa por la cual se trabaja. ¿Cómo manejar esto? Una experimentada líder explica: “Yo no puedo liderar otorgando dinero, pero sí puedo liderar mediante la expresión o no expresión de afecto hacia el voluntario”. Esta líder les concede una atención especial a sus voluntarios más efectivos pero no critica a los demás, simplemente ignora a todo voluntario que considere tóxico para la organización, y estos terminan marchándose de ella. “Los líderes que realmente entienden a sus voluntarios y saben cómo manejarlos poseen una gran  paciencia y son muy perseverantes. Estos elementos incrementan sus probabilidades de alcanzar sus metas. Por el contrario, los líderes que no presentan estas habilidades, tarde o temprano terminan trabajando únicamente con colaboradores”. 

Principio #4: Motive a sus voluntarios reuniéndose personalmente con ellos

 

Los líderes efectivos buscan a toda costa tener contacto directo con sus voluntarios. Uno de nuestros entrevistados dijo: “En cierta ocasión una asociación independiente que manejábamos no mostraba capacidad para actuar eficientemente. Con el fin de atacar esta situación, decidimos formalizar nuestros procesos y convertirnos en una empresa social. En primera instancia todos los voluntarios se resistieron a la idea. "No podemos hacer esto por cuenta propia. No queremos que nos dirijan desde una oficina central', fueron algunas de sus reacciones. Yo necesitaba convencer a estos voluntarios, así que viajé a sus oficinas, me tomé un vino con ellos, discutimos al respecto, y les expliqué cómo realmente funcionaban las cosas. Era imperativo que yo me moviera primero que el resto de actores, motivara a los voluntarios, y los incentivara a la acción.” La inmediación es muy importante para construir y mantener relaciones de confianza.

Principio #5: Otorgue de manera cuidadosa una voz a todos los voluntarios

 

Los líderes efectivos ven con escepticismo los liderazgos de tipo patriarcal. Esto resulta interesante teniendo en cuenta que muchos negocios y organizaciones sin fines de lucro en Latinoamérica tienen muchos patriarcas en sus cúspides. De hecho, liderar voluntarios es completamente opuesto a lo que un patriarcado representa. Uno de nuestros entrevistados explica: “Si ejerces un poder patriarcal demasiado seguido, muy pronto generarás resistencia. Tu accionar inicia permeando en la voluntad de la persona y generando sentimientos negativos. A su vez, éstos con el tiempo se convierten en enojo acumulado que se transforma en resistencia”. Los voluntarios tienen “libre albedrío”, y es precisamente por eso que se deben de respetar sus necesidades, puntos de vista e intereses, y de una forma muy cautelosa otorgar una voz a todos dentro de la organización.

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