Hemos visto desde hace años que la conversación sobre cómo incorporar mujeres en puestos de liderazgo gire para no tratar la cuestión desde el foco de la justicia y ética si no como algo bueno para desarrollar los negocios.
Sí, las mujeres son 50% del mercado y son más de la mitad de los responsables de la decisión de compra de casi cualquier tipo de productos, son igual o más educadas que los hombres y tienen gran capacidad para liderar.
Hace unos meses ocurrió en Costa Rica la III Conferencia Euroamericana de Mujeres Líderes del Centro de Liderazgo Colaborativo y de la Mujer, de INCAE, junto con Voces Vitales Costa Rica, el cual fue enfocado en hablar sobre las mujeres que emprenden dentro y fuera de las corporaciones existentes.
Allí vimos mujeres que han emprendido con éxito en ciencia, banca y en otras industrias tradicionalmente dominadas por hombres. La barrera entonces parece no estar en las habilidades, entonces ¿dónde debemos enfocar nuestros esfuerzos como sociedad para lograr que más mujeres emprendan y sean líderes?
En la conferencia, de la cual tuve el honor de ser parte, el giro estuvo en la clave que falta para lograr el emprendimiento en general y que es parte importante de lo que las mujeres deben desarrollar: mayor confianza.
¿Qué es lo que tienen en común Sandra Cauffman para ser líder en NASA, Miranda Wang para generar innovaciones que cambiarán el mundo, o Anabel González para ser líder en el Banco Mundial?
Desde que uno las ve, sabe que proyectan confianza con su voz y en sus ideas, una confianza que ellas mismas admitieron en la conferencia que no es innata, sino que la fueron construyendo. Es por eso que debemos generar instancias para que más mujeres puedan construirla. ¿Cómo? Primero, creyendo en que el valor que entregan en realidad es muy deseado. Las mujeres tienden a ser más capaces en temas de comunicación y ventas. ¿Qué negocio no quiere mejorar en esas áreas? Las mujeres entregan una visión complementaria, si se les incluyen las juntas directivas. ¿Cuál empresa no desea eso? Y poner más mujeres activamente en el mercado y creando empresas da un fuerte empujón a toda la economía. ¿Qué país no quiere crecer?
Segundo, confiando en que las barreras que tienen son mentales. Las mujeres deben meter fuerte en su cabeza y repetirse constantemente que ya tienen lo que se necesita para tener éxito. Las mujeres no necesitan más herramientas, sino que necesita creer que pueden salir adelante, que pueden emprender, que pueden superar esos techos que dicen que tienen. No deben dejar que la cultura machista las domine, perder el miedo y tener confianza en sus ideas.
Y tercero, persistir. Una clave para todo emprendedor es no rendirse a la primera caída y eso es muy importante para las mujeres también. No dejar de hablar sólo porque las primeras veces no fueron escuchadas, no rendirse porque la idea falló, no dejarse amedrentar por los fracasos y seguir adelante.
He visto, contento, cómo poco a poco más empresas están empoderando mujeres y es clave ver que el futuro será cada vez mejor para las mujeres que emprenden dentro y fuera de las grandes organizaciones, pero es necesario que las mujeres hoy se sigan levantando y luchando para tener éxito para que podamos seguir avanzando.
El WEP está diseñado para emprendedoras autónomas o ejecutivas con roles de liderazgo, en los que la capacidad emprendedora es una competencia clave de éxito. En este programa, los profesores se enfocarán en cuatro aspectos esenciales para el éxito de una líder con estos retos: identificar estrategias de crecimiento, aprender a innovar en marketing y ventas, identificar las fuentes de financiación de proyectos y desarrollar prototipos para productos y servicios con un alto valor diferenciado.
Próxima edición: Del 28 al 30 de noviembre, 2017.
