Cinco historias de vida: antes y después del EMBA de INCAE

María José Pinto era una diseñadora ecuatoriana que trabajaba en la empresa familiar y quería hacer una maestría para cubrir con mejores herramientas el negocio, pero también para enfocar el campo geográfico de acción de la empresa. Roberto Murillo es abogado corporativo en una firma costarricense y se atrevió a plantear a sus socios su plan de dedicar tiempo (al menos una semana por cada mes) a un EMBA que le permita abordar de manera más integral el establecimiento de negocios. Ángel Gracia, venezolano, trabaja en Panamá y quería un programa ejecutivo que le permitiera ver pronto los frutos para poder aplicarlo en la empresa ferretera. 

Los tres, todos jóvenes y experimentados, determinaron que su opción más completa era el Executive MBA de INCAE Business Schoool. Igual lo consideraron la salvadoreña Hellen Quintanilla, que buscaba regionalizar el área de interés de la empresa familiar donde trabaja y actualizar herramientas, y Lorena Bendek, que después de 14 años trabajando en Estados Unidos como consultora quiso retornar a Honduras y desde ahí aplicar un “reset” a su visión de negocios con un alto componente de innovación, a pesar de que la compañía donde labora es más bien de corte tradicional.

Las motivaciones de cada uno fueron distintas, pero coinciden en la calidad del programa de INCAE por el fondo (con profesores de primer nivel académico y profesional) y por los beneficios sustanciales adicionales, sobre todo en la generación de un networking muy valioso para diversificar conocimientos y zonas geográficas enfatizados en América Latina.

A ello se suman la experiencia vital, de compañerismo y de autoconocimiento, que todos los participantes acreditan al programa. Los cinco compartieron una charla con otros posibles postulantes y así resumen sus experiencias.

Ángel Gracia
Gerente general de Ferretodo, Panamá.

"Tenía el afán de adaptarme al entorno cambiante sin descuidar que se trataba de una inversión significativa. Todos venimos de un entorno propio, en mi caso de Venezuela, y tuve motivaciones para entrar a un programa que sabía me daría frutos pronto, aunque nunca pensé que fuera desde el primer módulo, como ha ocurrido. Por eso le planteé las necesidades a la empresa y justifiqué el tiempo que estaría ausente (una semana por mes). La gente entiende que lo que es positivo para uno es positivo para la empresa, porque además el programa es 100% aplicable casi en tiempo real. Uno puede ir tomando decisiones basados en los conocimientos que adquiere".

Hellen Quintanilla 
Gerente de planificación SOLPAQ, El Salvador.

"Esta es una empresa de origen familiar y sentía el deseo de actualizar mis conocimientos y abarcar áreas que talvez no estaban dentro de mis habilidades. Vi que era un buen momento a mis 29 años, aunque el promedio de edad es un poco más alto entre el grupo de compañeros con quienes se comparten dudas, trabajos y hasta temas personales, porque la experiencia es muy intensa. Me llamaba mucho la atención la posibilidad de aplicar los conocimientos de manera simultánea, sobre todo si uno logra una buena organización, porque el programa es exigente".

Roberto Murillo
Asociado BLP Abogados, Costa Rica.

"En mi trabajo tengo relaciones con profesionales en otros países, pero me llamaba la atención la posibilidad de reforzar el networking y al mismo tiempo reforzar áreas o llenar vacíos en campos que eran ajenos a mi conocimiento, como Finanzas. Como abogado, ha sido muy interesante la diversidad de puntos de vista y de abordajes que se genera en mi grupo de compañeros. En mi caso puedo decir que he tenido una revolución interna, porque uno se va cuestionando ideas que ya tenía y es posible conocerse mejor en las habilidades y el potencial. La experiencia de vida es total y desde un principio uno ve que el retorno de la inversión es muy satisfactorio, tanto para los que vienen de empresas consolidadas como para los emprendedores, que son bastantes. El último fin de semana me llevé el protocolo y creamos dos empresas entre los estudiantes del curso. Ahí se lee, creado en el campus Francisco de Sola". 

María José Pinto
Gerente de nuevos productos. Empresas Pinto. Ecuador.

"Esta es una empresa familiar y yo pertenezco a la cuarta generación. Estudié diseño y me he incorporado en otras áreas del negocio. Me interesó mucho el énfasis regional latinoamericano; aunque no pierde el punto de vista global, el programa está orientado de manera natural a esta región y es lo que yo estaba buscando, pensando en el interés empresarial. Esto se refuerza al conocer al grupo de compañeros de orígenes distintos y con conocimiento variados. El programa exige una gran capacidad de organización para planificar el trabajo en tres semanas y poder dedicarse otra semana tiempo completo a los estudios, además de una logística inteligente para quienes debemos viajar distancias más largas para asistir a los módulos. Siempre aconsejo comprar los boletos aéreos con tiempo. Este es un programa exigente, pero apto para mujeres interesadas en mejorar su liderazgo. Necesitamos más mujeres en planes de formación como este".

Lorena Bendek
Gerente Financiera. Honduras Fosforera.

"Decidí entrar al EMBA para actualizarme y buscar nuevas ideas después de 14 años de trabajar como consultora en Estado Unidos, ahora instalada en la empresa en Honduras. No fue fácil, porque tenía entonces dos niños, pero tuve apoyo de mi entorno directo familiar y en lo laboral, del equipo de trabajo. Fue una experiencia valiosa porque tuve que aprender a delegar con más soltura y puse a prueba mi capacidad de organización. Todo valió la pena y mucho más. El programa tiene la virtud de ayudarle a uno a cambiar las perspectivas, a verse como parte de una región beneficiosa y a pensar de manera más estratégica, hacia futuro. También le da a uno elementos para tener una mirada más global y, a la vez, a conocerse uno mejor, que es un punto de partida para ser mejor líder".