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Saber comunicar nunca fue tan vital como ahora

20 de Junio 2019
INCAE Executive Education

Pocas verdades son tan verificables en la actualidad como la dificultad de concentración y las complicaciones para captar la atención en todo el universo de informaciones que nos provee la tecnología. 

Ocurre con los hijos, los alumnos, los amigos y el entorno laboral. Los teléfonos inteligentes y otras plataformas son ventanas infinitas por donde se puede escapar el mensaje de los líderes.

Por tanto, si se quiere tener éxito, es muy urgente pulir las habilidades de comunicación para ejercer un liderazgo en estos tiempos. Quizás una de las principales herramientas, es compartir ideas, inspirar, conectar con otras personas apelando a las emociones más profundas. 

Lo explica el periodista y escritor Julián Reyes, basado en su larga experiencia como comunicador en la televisión española. “Siempre ha sido muy importante saber comunicarse e inspirar, convencer y persuadir, pero nunca tanto como ahora”, remarca Reyes, profesor del programa Comunicación de Alto Impacto en INCAE Business School.

“Es obligatorio formarse en comunicación, porque todos podemos mejorar nuestras habilidades y adaptarlas a los distintos entornos”, subraya Reyes, creyente en la idea de que todas las personas tienen potencial de ser buenos comunicadores.

Para eso hay métodos como ‘Presentac10n’, que parte de elementos como el factor humano (la importancia de conectar razones con emociones para generar empatía), la correcta estructuración de los mensajes (para lograr que el público se apropie de ellos) y la conveniencia de recursos tecnológicos que aprovechen las formas en que los humanos registramos la información.

Para ello es importante conocer y habituarse al lenguaje paraverbal, eso que hace la diferencia entre un expositor aburrido y uno eficaz. También desarrollar el “storytelling”, el método de contar historias en lugar de explicar conceptos. Además, la posibilidad de acudir a las imágenes, mucho más memorables en el cerebro humano que una serie amorfa de palabras. 

O conocer los secretos para perder el miedo escénico, que no es más que una carencia de posibilidades de salir de una situación incómoda. También detalles menores, pero valiosos, como las técnicas de respiración o el uso del humor.

Todo cuenta. A fin de cuentas, como decía Meryl Streep: “el gran don que tenemos los seres humanos es el poder de la empatía”.

 

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