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Paso 1: tener conciencia del bienestar

16 de Agosto 2019
INCAE Executive Education

A muchos nos han sorprendido cuando nos recomiendan poner atención nuestra respiración, un ejercicio tan normal y automatizado en nuestras vidas, pero no siempre desempeñado de la mejor manera, con perjuicios concretos en nuestra salud.

Lo mismo ocurre con el bienestar, un concepto central en la nueva concepción sobre la prosperidad. Requerimos estar conscientes de él y sus componentes para poder hacer que entre en nuestras vidas de la mejor manera, con especial énfasis en nuestro ámbito profesional. No es algo que llegue pleno a nosotros por la simple existencia ni que impregne nuestras oficinas en espera de que lo inhalemos. 

Es muy relevante el nivel de autoconocimiento y autoevaluación hacia el desarrollo de emociones positivas, un componente esencial en el concepto de bienestar para el desarrollo de la profesión o los negocios porque mejoran el rendimiento, la salud, las relaciones sociales y el optimismo hacia el futuro.

Este es uno de los principales hallazgos del informe “Impacto del bienestar en la gestión empresarial: un estudio exploratorio en América Latina”, desarrollado en INCAE Business School, bajo el entendido de que muchas de las oportunidades de crecimiento de una empresa, un departamento o un colaborador pasan de manera inevitable sobre su bienestar o lo contrario: el malestar.

Se determinó también que la percepción sobre el propio estado de salud influye de manera directa en el nivel de bienestar percibido, así como la soledad, aunque ésta de manera negativa. Esto adquiere especial relevancia en nuestros tiempos, con una mayor propensión de las personas a trabajar mediante sus computadoras.

Ocurre que también “las personas reconocen una percepción mayor de bienestar cuanto más arriba estén en la estructura gerencial de la organización”. Por eso los CEOs y los directores generales reportaron una mayor sensación de calidad de vida.

Se encontró que la edad, la experiencia laboral, el sexo o el origen geográfico de las personas tienen poco impacto en la percepción de bienestar. Estos elementos pueden cruzarse y provocar escenarios menos aptos para el bienestar, como sucede cuando se combinan sensaciones negativas con una salud deficitaria, un binomio más común de lo que se presume. También se pueden juntar la soledad y la experiencia gerencial, lo que provoca otros resultados.

“Por esto se recomienda a las empresas dar prioridad al desarrollo de una cultura integral de bienestar y a modelos de trabajo colaborativo para evitar tareas que aíslen a las personas y las suma en la soledad”, resalta el estudio.

Los profesionales deben ejercitarse en el autoconocimiento en los ámbitos físico, de salud y emocional, para mantener una mentalidad que potencia sus niveles de bienestar y, por tanto, su productividad y el impacto positivo. Esto activa a su vez otras condiciones que pueden generar un círculo virtuoso tras el cual lo difícil sea romper el régimen de bienestar imperante, no crearlo. 
 

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