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Pensar rápido, pensar despacio

07 de Noviembre 2019
INCAE Executive Education

Este libro extraordinario de Daniel Kaheman fue escrito para el público general y no para especialistas. Un psicólogo que recibió el premio Nobel de economía, padre del behavioral economics, rompió paradigmas sobre acciones bajo incertidumbre, también necesarias en la medicina, el derecho, la administración de empresas, la estrategia, la política, la filosofía o la estadística. 

¿Es la gente realmente racional? ¿Son las emociones la principal causa de acciones no racionales? No y no. Errar es humano. Los sesgos lógicos y las predicciones equivocadas características del pensar rápido son tan normales como el pensar despacio, indispensable para problemas complejos. Son dos modos de pensamiento que todos utilizamos normalmente.

Pensar rápido es necesario ante una incertidumbre urgente utilizamos atajos mentales para decidir y actuar, que se nos vuelven automatismos en el cerebro. Muy útil en este mundo acelerado, pero la excesiva simplificación nos puede llevar a decisiones equivocadas, ilógicas, originadas en creencias, intuiciones, impresiones, sentimientos (algunas emociones) y prejuicios automatizados, trampas del cerebro comunes en personas impulsivas.

Un médico puede errar en el diagnóstico cuando simplifica las causas, igual que cualquier otro profesional ante un problema ambiguo. Hoy los medios y las redes sociales son presa de fáciles asociaciones de ideas, como los estereotipos, las apariencias, la retórica vacía o líderes que reducen un tema complejo a trinos de 140 letras en Twitter. El “pensar despacio” es humilde ante la ignorancia, busca evidencia de hechos, contradicciones, incluye la complejidad sin descartarla y controla (cuando puede) al pensamiento rápido. Es un pensamiento deliberado, esforzado, que duda, no descarta al azar como causa y enriquecido con extensas prácticas llega a un modelo más complejo del problema.

En mi opinión, las escuelas deben propiciar activamente el desarrollo del reconocido “pensamiento crítico”, un antídoto del pensamiento rápido. También debemos celebrar que al menos un siglo después de Freud la economía se acerca al ser humano real, así las ciencias del comportamiento aún tengan por delante un trabajo inmenso.

Columna publicada en la revista Summa, edición 273. Enrique Ogliastri Ph.D, es profesor de INCAE, autor de 18 libros y consultor de estrategia y empresas familiares. Director Académico de los programas 'Taller Avanzado de Negociación' y '¿Cómo hacer un plan estratégico?'.

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