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COVID-19, vacuna, navidad y año nuevo

14 de Diciembre 2020
Mauren Esquivel

Al escribir este texto el virus COVID-19 ha seguido su avance en el mundo, los contagios ya son más de 70 millones y los fallecidos pasan del millón y medio. Ya algunos países de Europa han padecido una segunda ola que en algunos casos ha sido hasta 5 veces mayor que la primera ola de febrero y marzo. En América, Estados Unidos sigue rompiendo records de muertes y contagios; mientras que en nuestra región, donde habíamos logrado estabilizar la propagación y detenido el crecimiento exponencial, se empiezan a registrar crecimientos acelerados en el número de contagios, y las fiestas de diciembre podrían acelerar la propagación del virus (en estos primeros días de diciembre hemos tenido la mayor movilidad de personas en la región desde la primera semana de marzo).

Gráfica 1: Promedio semanal de movilidad de las personas, tendencia a la alza en la región.


Fuente: Cálculos de INCAE con datos de movilidad de Facebook.

En estos días también se inició el programa de vacunación masiva en el Reino Unido, este acontecimiento es sin duda una luz al final de la pandemia; y muestra la capacidad que tiene la humanidad para generar soluciones a problemas complejos, desarrollando y aprobando, en 8 meses 2 vacunas listas para su aplicación masiva. Pero además hay otras 57 vacunas en pruebas clínicas, y 15 de esas están en las etapas finales. El desarrollo de estas vacunas ha sido todo un proceso de innovación sin precedentes, en el que se han incorporado nuevas tecnologías como que a nivel genético se pueda entrenar nuestro sistema inmunológico para combatir al COVID-19.

Pero aunque los avances apuntan en la dirección correcta, y al parecer superamos el reto científico del desarrollo y generación de la vacuna; ahora nos enfrentamos ante un reto logístico e institucional sin precedentes, llevar estas vacunas a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible para poder retomar como sociedad ciertos niveles de normalidad. Esta normalidad según estima la OMS, se dará cuando aproximadamente entre el 65% o 70% de la población tenga la vacuna.

El reto logístico para producir y llevar millones de vacunas de forma continua hasta llegar a los porcentajes requeridos va a necesitar de un nivel de planeación e implementación mayúsculo, se estimaban 8,000 vuelos en jumbo jet para llevar una sola dosis a todos los habitantes del mundo. Y por supuesto, comprar la vacuna va a ser complicado, sobre todo en los primeros meses donde los países con mayores recursos podrán tenerlas con antelación, como Canadá que ya tiene suficientes vacunas para cubrir 4 veces a su población; mientras que en América Latina, aunque Chile y México tienen ya acceso garantizado a suficientes vacunas para toda su población, el resto de los países siguen rezagados, Brasil (64%), Costa Rica (62%), Panamá (58%), Argentina (48%), El Salvador (38%), Colombia(23%), Guatemala (23%), Honduras (23%), Nicaragua (23%).

Pero la logística no sólo implica distribuirla de forma masiva, si no hacerlo de forma correcta con la infraestructura necesaria, por ejemplo, las vacunas de Pfizer/Biontech y Moderna, las más avanzadas en su desarrollo, necesitan cadenas ultra frías a temperaturas de -70 Co y -20 Co; en comparación, las vacunas típicas de influenza tienen una cadena fría de entre 2 Co y 8 Co. Aunque ya hay experiencia con cadenas ultra frías con la vacuna del Ébola y algunas vacunas animales; así que no es un proceso desconocido; sin embargo, el acceso a esa infraestructura está concentrado por el momento en laboratorios, grandes universidades, y farmacéuticas. En nuestra región no contamos con un gran volumen de esa infraestructura necesaria para los volúmenes requeridos, ni ultra fría ni fría, por eso UNICEF está liderando un esfuerzo para mapear infraestructura disponible y ayudar a los países en desarrollo a manejar estas cadenas frías, que se van a requerir también para las otras vacunas que están en etapa de desarrollo.

Con estas condiciones, ya algunos países han publicado sus planes de vacunación, priorizando a los trabajadores más expuestos al virus, y también a las poblaciones más vulnerables (por edad, o condiciones de salud). Estas campañas de vacunación, debido a la magnitud de la tarea y el tipo de amenaza, se llegan a extender hasta el 2022. Así que el 2021 va a seguir siendo muy parecido al 2020, en términos de restricciones, uso de protocolos, afectaciones económicas, riesgos sanitarios y fallecimientos.

En ese sentido, ante factores como el inminente riesgo de una segunda ola en la región, el cansancio por la pandemia, el modo festivo de la temporada, y la necesidad de activar el comercio; se hace necesario impulsar un esfuerzo extra por parte de ciudadanos, empresas y gobiernos para reforzar los protocolos y enfocarse en comunicar a la gente que las  fiestas de este año tienen que ser diferentes, para que el 2021 no paguemos con vidas y con mayores restricciones económicas las navidades 2020; ya hay luz al final del túnel con la vacuna, pero la pandemia no ha terminado.