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La economía latinoamericana post COVID-19: construir economías sostenibles e inclusivas

16 de Diciembre 2020
Mauren Esquivel
  • El conocido análisis anual del Foro Económico Mundial sustituye su ranking por un análisis sobre el futuro de las economías post COVID-19
  • Para la región latinoamericana, el mejoramiento institucional, de capital humano e inclusión financiera son caminos urgentes hacia la recuperación

16 de diciembre de 2020. Bajo el título The Global Competitiviness Report Special Edition 2020: How Countries are Performing On The Road To Recovery, este 16 de diciembre fue publicado en Ginebra, Suiza una versión extraordinaria del Informe Global de Competitividad 2020 del Foro Económico Mundial (WEF).En esta ocasión, el informe suspende sus conocidos rankings globales para, en su lugar, analizar el inédito entorno derivado de la crisis de COVID-19 y proyectar futuros posibles para la recuperación de las economías nacionales y regionales.

A través de su Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS), INCAE Business School ha contribuido desde 1996 -casi un cuarto de siglo- en la elaboración de dicho informe al ser socio regional del Foro Económico Mundial. Con una metodología rigurosa, atenta a las transformaciones, oportunidades y rezagos institucionales y políticos de la región, el diagnóstico ha señalado reiteradamente la necesidad de integrar a la región de forma plena a la cuarta revolución industrial.

El CLACDS de INCAE Business School analizó la situación de siete países latinoamericanos (Honduras El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Bolivia) a partir de cuatro elementos señalados en el informe como claves para la recuperación y transformación de los sistemas económicos, a fin de que sean más productivos, sostenibles e inclusivos. Estos elementos son: las condiciones habilitantes, el capital humano, el funcionamiento de los mercados y los ecosistemas de innovación.

Trabajar en el fortalecimiento institucional es, más que nunca, una condición habilitante impostergable para lograr incentivar y atraer inversiones con el potencial de transformar las economías de la región. Fortalecer las certidumbres jurídicas en el marco de la ley y combatir la discrecionalidad son temas prioritarios, señalados por el WEF entre otros como mejorar de los servicios y la deuda pública, expandir la digitalización -especialmente en zonas no urbanas- y acelerar el mejoramiento de infraestructura verde tanto en lo energético como en el transporte y los acuerdos de protección ambiental.

La pandemia COVID-19 y sus implicaciones de conectividad digital hicieron evidente lo que el informe regional del CLACDS ha señalado reiteradamente: el capital humano de nuestra región presenta un rezago respecto a la cuarta revolución industrial, y trabajar en el cierre de brechas de habilidades tecnológicas y conectividad es un imperativo que no puede postergarse. Estas brechas no representan solo un rezago en sí mismas, sino una condición latente para el aumento de la inequidad social. En consecuencia, deben explorarse las alianzas entre el sector público y privado para aumentar los recursos destinados a tal efecto.

En cuanto al funcionamiento de los mercados durante 2020, fue evidente el rezago de nuestra región en cuanto a la inversión e involucramiento empresarial ligados al conocimiento, investigación y desarrollo de nuevos productos y servicios. De esta forma, participando de la creación de los “mercados del mañana”, nuestra región estaría construyendo inversiones a largo plazo. El primer paso para ello es asegurar el adecuado funcionamiento de mercados más inclusivos y transparentes.

Un elemento muy ligado a los anteriores es la creación de condiciones habilitantes para promover, desde los mercados, la inversión en Investigación y Desarrollo (I + D). Aunque los mercados sean hoy más estables que hace una década, la crisis de COVD-19 evidenció la necesidad de volverlos también más inclusivos, incentivando el desarrollo de fondos de capital de riesgo, fondos concursables y aligerar la burocracia que suelen enfrentar los emprendedores, además de regulaciones laborales e incentivos que impulsen a las empresas ya existentes a ser más inclusivas y sostenibles.

“La pandemia de COVID-19 representa también oportunidades a corto, mediano y largo plazo para que nuestros países den un salto en el desarrollo de las áreas mencionadas. Aprovecharlas requiere reconocer, enfrentar y resolver condiciones largamente presentes y que se han vuelto más evidentes durante la crisis actual”, comentó Ronald Arce, Investigador de CLACDS/INCAE.

Puedes leer el reporte completo del Foro Económico Mundial aquí

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Contacto para prensa: Mauren Esquivel al correo: mauren.esquivel@incae.edu