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Yo soy Incaísta: Vladimir Delagneau Barquero

05 de Octubre 2022
Comunicación Institucional

En esta nueva sección nos adentraremos en las experiencias de destacados egresados de INCAE. La inauguramos hablando con el Presidente y fundador de TECNOSOL, empresa que transforma las necesidades de unos en un mejor futuro para todos

Por: Juan José Cruz

Cuando uno alcanza el éxito profesional se cree que ya no hay más por aprender. Y es que, tras una vida laboral exitosa y reconocimientos a nivel mundial – por muy difícil que parezca–  todavía queda un mundo por aprender. 

El ingeniero Vladimir Delagneau Barquero es uno de los tantos casos de éxito de INCAE. Aquí realizó un Executive MBA en 2017, pero también es Ingeniero Electrónico por la Universidad Nacional de Ingeniería de Nicaragua (UNI). Además, tiene un máster profesional PM4R en el Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un posgrado en Energía y Ambiente, certificado por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá, y una especialización en Energías Renovables en la República Federal de Alemania. 

Gracias a su conocimiento sobre la energía y su preocupación por las zonas rurales de Nicaragua, ganó el Premio Emprendedor Social del Año 2010. Este reconocimiento le fue otorgado por la Fundación Schwab de Suiza. También fue merecedor del Premio Ashden Awards for Sustainable Energy en Inglaterra, y el BID lo galardonó por la excelencia en servicios de desarrollo empresarial. 

Actualmente es Presidente, Gerente General y miembro fundador de TECNOSOL, empresa que se dedica a promover el uso de la energía renovable, principalmente la energía solar. TECNOSOL busca brindar soluciones energéticas para los problemas de la región Centroamericana, contribuyendo a la conservación del medio ambiente. 

Una firme convicción: promover la energía solar

Bien dicen que las mejores ideas nacen de una necesidad, y el caso de Delagneau no es la excepción. En su juventud formó parte del ejército en Nicaragua, y gracias a sus labores, descubrió que muchas personas en su país ni siquiera contaban con electricidad. Dependían únicamente del queroseno y un generador de diésel. Eso era todo. Tal descubrimiento le cambió el pensamiento e hizo que se preocupara por hacer “algo”. Las cosas no podían seguir igual. 

“Cuando terminé el servicio militar, que duró dos años, regresé a la escuela para terminar mi carrera de Ingeniero Electrónico. Después tuve la oportunidad de estudiar un curso en Alemania sobre energía solar. Cuando regresé, en 1995, vine con la firme convicción de promover la energía limpia, la energía solar, todo para dar una solución a los problemas de energía en el campo. Yo daba clases en la universidad, y en mis tiempos libres me dedicaba a promover la energía solar”. 

TECNOSOL fue seleccionada por el programa I3 Latam como una de las 10 empresas más destacadas de Latinoamérica en casos de éxito de la región. Sin embargo, el camino para llegar a tal reconocimiento no fue sencillo. Delagneau recuerda que la empresa no era rentable, y su única fuente de ingresos era la docencia, donde compartía su experiencia y descubrimientos con jóvenes interesados en el tema. Gracias a TECNOSOL pudo comenzar a cambiar las vidas de aquellas personas que vivían en el campo. El uso de candiles, aunque efectivo, representaba serios problemas para el medio ambiente y para la salud, e incluso presenció algunos pequeños accidentes y quemaduras. 

Con el paso del tiempo las cosas comenzaron a mejorar. Delagneau se involucró en concursos, negociaciones y licitaciones que abrieron un nuevo futuro para TECNOSOL. Pero eso llevó algunos años; el éxito no se dio de manera inmediata. Una vez que la empresa se encontró mejor posicionada, comenzó a correr el boca a boca de que sus soluciones eran efectivas. Distintas organizaciones buscaron los servicios de TECNOSOL. La empresa se diversificó y empezó a crecer. Al principio se consideraba que la energía solar solo podía ser utilizada para aspectos como iluminación y televisión, pero poco a poco, la gente descubrió que la energía solar podía ser de gran ayuda en las labores del campo. Así surgieron nuevos sistemas de bombeo de agua, cercos para proteger al ganado, refrigeración y más. 

Tras recibir el Premio Emprendedor Social del Año 2010, comenzaron los planes de expansión. Ver los buenos resultados de TECNOSOL a nivel local fue suficiente para querer compartir un nuevo nivel de vida con otros territorios. Obtener una licitación en El Salvador marcó el primer paso de la expansión. El desarrollo tecnológico de los últimos años ha permitido que se tenga un mayor conocimiento sobre los beneficios de usar la energía solar. Hoy es imposible visualizar un futuro sin ella. 

“El premio como emprendedor social me hizo ver más allá de las fronteras y sentirme comprometido a crecer a nivel internacional. Fue un gran compromiso, un gran halago y un gran honor. Es un premio de mucho prestigio, me fue entregado frente a presidentes de varios países y eso me dio la oportunidad de lograr que otros fondos se interesaran por mi empresa y me financiaran”, comentó. 

INCAE, la gran oportunidad

Es un hecho que la experiencia no exime de errores. Un mundo tan competido y actualizado como el de hoy requiere de capacitación constante por parte de trabajadores y empresarios. Las nuevas tecnologías y necesidades desafían enormemente a todas las compañías. Fue así que Delagneau ingresó a INCAE con el negocio ya en marcha. Vio a INCAE como una oportunidad genuina de adquirir más conocimientos y preparación que lo convirtieran en un líder aún más importante. 

“La necesidad de tener más conocimiento y un background más elevado, a nivel de master, me llevó a buscar a INCAE. Es una institución de gran prestigio a nivel internacional y por eso me decidí a hacer la maestría. Quería adquirir conocimientos de administración de negocios porque mi perfil es de ingeniero. También deseaba convivir con personas involucradas en el tema de administración de empresas y, además, que fueran jóvenes”. 

El estudio de su EMBA terminó siendo fundamental para lo que estaba por venir. A más de dos años de iniciada la pandemia, nos queda claro que las empresas tuvieron que enfrentar caminos distintos para no morir. Tomar decisiones durante este periodo de contingencia no ha sido fácil, pero lo aprendido en INCAE hizo que Delagneau enfrentara la adversidad de una forma admirable. 

Hubo afectaciones en El Salvador, donde TECNOSOL tuvo que cerrar ante el incremento de contagios por COVID-19. La reapertura ha sido gradual, los desafíos son grandes para volver a poner en marcha la empresa tal y como estaba, pero las ganas están ahí, acompañadas del conocimiento, la disciplina y ese ímpetu para ayudar a los demás de Vladimir. Las instalaciones de Honduras sufrieron un destino similar, al contrario de Panamá y Nicaragua, donde las operaciones pudieron continuar de una forma más normal. 

La interacción con trabajadores y posibles socios se mudó al formato virtual y comenzaron a surgir alternativas para seguir adelante con las operaciones. TECNOSOL apostó por la entrega a domicilio, las negociaciones virtuales y un acercamiento a los clientes y la tecnología que antes no se había dado. Los beneficios son claros: hay un mejor uso del tiempo, se puede atender a más clientes y se agilizó el proceso de entablar reuniones. 

Mirando hacia atrás, Vladimir Delagneau Barquero considera que todo ha valido la pena. Sus experiencias con la población más necesitada lo convirtieron en un empresario exitoso, que pudo compartir lo aprendido con aquellos que lo inspiraron y les ayudó a mejorar su futuro. Además, no deja de estar en contacto con INCAE. Ahora como graduado ha compartido su experiencia a través de conferencias, ha prestado su empresa para estudios de caso y retribuye un poco de lo que la institución le dio. 

Otra forma de mantenerse en contacto es el acceso a beneficios. La comunidad Incaísta tiene descuentos y promociones en los servicios de TECNOSOL, que forma parte del programa de beneficios Yo Soy Incaísta. La compañía les ofrece apoyo en la mejora de su economía a través de la instalación de tecnología solar de última generación. El compromiso con el medio ambiente es constante, y cuantas más personas utilicen energías limpias, mejor será el futuro que nos depare a todos. 

Como reflexión, Delagneau da un mensaje a todos los empresarios que quieren estudiar y por alguna razón (la edad, creer tener toda la experiencia e incluso el qué dirán) no se atreven. 

“Uno nunca termina de aprender. A pesar de tener la pericia, quizá no está haciendo las cosas de una manera óptima. Lo mejor es compartir experiencias con personas que ya han vivido algo similar. Cuando entré a INCAE tenía 20 años de manejar el negocio. Me di cuenta de que estaba haciendo muchas cosas mal, y resulta muy importante estar siempre actualizado o en constante cambio. Es muy difícil sobrevivir, pero la única manera de hacerlo es actualizarse y aprender”, finaliza Delagneau.