El primer miedo que surge al emprender es fracasar. Es válido sentirlo, especialmente en un país como el nuestro, donde el acceso al financiamiento es limitado y el mercado es incierto.
Siempre se ha dicho que “el que arriesga no gana”, pero arriesgar no es sinónimo de tomar decisiones sin fundamento. En los últimos años, el lean Startup se ha puesto de moda, hay que estar claros que no garantiza el éxito, pero sí puede ayudar a que el fallo salga más barato.