Cada etapa con nuestro primogénito es un aprendizaje del que se benefician los hijos que vienen detrás.
Antes de tenerla sabía que así se llamaría.
La semana pasada la escuché cantar sola en un concierto, no podía dar crédito a lo que veía y oía. Mi niña se ha transformado ante mis ojos y se ve la mujer en la que se convierte cada día.
Su interpretación nos hizo llorar a muchos de los presentes, incluso a quienes no eran de la familia. Fue un momento mágico y yo pensé y sentí algo que no tiene precedentes.