Las olas tecnológicas vienen más frecuentes, fuertes y cambiantes, pero la empresa promedio de América Latina es un surfeador demasiado propenso a trastabillar o, peor aún, dejar pasar las mejores oportunidades de lucirse en el mar de competidores globales. El profesor Cardoza reconoce las áreas que la región debe depurar para que los negocios aumenten la posibilidad de aprovechar las potentes olas de las tecnologías exponenciales en la capacidad de competencia.